BBC MUNDO 18/10/13

Cómo las mujeres fueron cruciales en el acuerdo fiscal de EE.UU.

Thomas Sparrow
BBC Mundo, Washington (@bbc_sparrow)

Susan Collins lideró los esfuerzos en el Senado.

Pocas horas después de que el Congreso de Estados Unidos evitara una crisis económica importante, el presidente Barack Obama dijo categóricamente que "acá no hay ganadores". Pero un grupo de políticos sí puede considerarse vencedor de las negociaciones: las mujeres.

Según se conoció en los últimos días, fueron varias mujeres en el Senado las que impulsaron un proyecto bipartidista para llegar a un compromiso y destrabar los conflictos que han causado un cisma en el Capitolio.

Así lo reconoció el senador republicano de Arizona John McCain, cuando dijo que debía admitir que el liderazgo había estado en manos femeninas

. Y la prensa local se hizo eco de ese rol femenino. "Los hombres nos metieron en el cierre del gobierno y las mujeres nos sacaron", dice un titular. Y otro agrega: "Las mujeres son los únicos adultos que quedan en Washington". Y un tercero se pregunta: "¿Podrían las mujeres haber evitado el cierre del gobierno?"

Responder esa última pregunta es imposible en retrospectiva. Lo que sí es posible es mirar qué papel jugaron las mujeres durante las negociaciones que llegaron a buen término el miércoles a última hora.

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Compañerismo

 
Las mujeres en el Congreso

  • Las mujeres tienen 98 de los 535 puestos en el Congreso de Estados Unidos. Eso equivale al 18,3%.

  • Hay 20 mujeres entre los 100 senadores y y 78 entre los 435 representantes.

  • Además, tres mujeres son delegadas en la Cámara de Representantes para Guam, las Islas Vírgenes y Washington D.C.

  • De las 98 mujeres en el Congreso, 14 son afroestadounidenses, 7 son de Asia-Pacífico y 9 son latinas.

  • California es el estado que más mujeres ha enviado al Congreso (37). Le sigue Nueva York con 25.

  • Cuatro estados nunca han tenido una mujer en el Congreso (Delaware, Iowa, Misisipi y Vermont).

Según le explicó a BBC Mundo Michele Swers, quien ha escrito dos libros sobre las mujeres en el Congreso, un trío de políticas republicanas -liderado por la moderada Susan Collins, de Maine- comenzó a elaborar un plan para abrir las discusiones entre ambos partidos, al que se unieron rápidamente algunas legisladoras demócratas.

Las mujeres empezaron el esfuerzo bipartidista que, como han revelado varios medios estadounidenses, sirvió de base para que los líderes de ambos partidos en el Senado lograran establecer un diálogo genuino.

Curiosamente, el papel relevante que jugaron las mujeres para destrabar el acuerdo puede deberse a su condición de minoría: como solo 20 de los 100 senadores son mujeres -16 demócratas y 4 republicanas- ellas se han acostumbrado a trabajar juntas.

En otras palabras, en el mundo polarizado del Senado, las mujeres han formado un pequeño reducto de colaboración. No en vano se les conoce como una "sisterhood", una palabra en inglés para referirse a una hermandad femenina o una asociación de mujeres.

"Las mujeres se reconocen como minoría en esa cámara y han tratado de apoyarse a lo largo de los años", dice Swers.

Georgia Duerst-Lahti, que estudia en Beloit College el rol de las mujeres como funcionarias, le explica a BBC Mundo que las senadoras se reúnen con frecuencia a comer y a hablar de sus familias y su vida privada y no tanto de lo que pasa en los corredores del poder. Ese fundamento privado les permite, a la hora de hacer política, acercarse más fácilmente a las colegas del bando opuesto.

"Lo que las mujeres han tratado de hacer en el Senado es reinstaurar el compañerismo para que el punto importante sea: 'si vamos a gobernar tenemos que hablar'", dice.

Partidarias e ideológicas

Ese comportamiento de las senadoras estadounidenses ha sido extrapolado en varios análisis para reflejar lo que algunos consideran son características típicas de las mujeres líderes, más allá de si trabajan en política.

Uno de los estudios que han sido citados en los medios explica que es más probable que las mujeres consideren los intereses opuestos y decidan cooperar al tomar decisiones cuando se les compara con los hombres.

Y Duerst-Lahti explica que, en promedio, se cree que hombres y mujeres piensan distinto sobre el poder. Mientras las mujeres lo entienden como el poder para hacer algo, para los hombres el poder es sobre algo o alguien.

 
 

John McCain: "El liderazgo, admito, fue entregado primordialmente por las mujeres del Senado".

Pero algunas de las expertas consultadas por BBC Mundo consideran que en este caso es importante remitirse al contexto político específico.

Michele Swers, por ejemplo, cree que en promedio las mujeres sí pueden ser más propensas a buscar consensos, pero agrega que este caso está mediado por la ideología y las dinámicas partidistas. "Mientras más partidario e ideológico sea un miembro, es menos propenso a buscar un compromiso".

Jennifer Lawless, directora del Instituto de Mujer y Política en la Universidad American de Washington, va incluso más allá: "El partidismo supera al sexo todos los días de la semana".

Lawless le explica a BBC Mundo que, en ese sentido, las mujeres del Senado aprovecharon la oportunidad de tener protagonismo justo cuando sabían que iban a tener más probabilidades de éxito. Es decir, a medida que se acercaba la fecha límite y se hacía evidente que los legisladores tendrían que llegar a un acuerdo.

"Cuando hemos tenido más flexibilidad -añade- no hemos visto en los últimos ciclos electorales que las mujeres tengan más probabilidad que los hombres a nivel federal de ser más bipartidistas".

Sin embargo, sí cree que se ha sentado un precedente y que las mujeres serán importantes de acá en adelante en este tipo de negociaciones.

"La importancia simbólica del papel que jugaron, así como su rol sustancial para ponerle fin al cierre, han llamado mucho la atención", dijo.

Duerst-Lahti también concluye de manera positiva: "Espero que las mujeres participen totalmente en la discusión futura. Pueden hacer la diferencia en como se proceda".

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